sábado, 31 de octubre de 2015

MÉXICO, DIA DE MUERTOS




MÉXICO, DIA DE MUERTOS


Por Francisco Rojas Arias

La celebración a Los  Muertos es una Tradición Nacional o Mexicana debido a la gran influencia nahua, mexica o azteca en todo el país; de aquí que nos conozcan en el contexto mundial como El Pueblo Azteca, las Selecciones Nacionales de cualquier disciplina, son Selecciones Aztecas, las representaciones olímpicas, panamericanas, etc., son Delegaciones Aztecas. La mexica o  azteca es la etnia representativa de México, misma que lo ha impregnado de toda su riqueza cultural, mitos, tradiciones, leyendas y entre todo este bagaje sociocultural está la Celebración del Día de Muertos, por lo que a todo lo largo y lo ancho del territorio nacional y en cualquier parte en donde haya un grupo grande o pequeño de mexicanos, las manifestaciones en torno a esta celebración son comunes: altares, calaveritas de azúcar, catrinas, calaveras literarias, así como el colorido y el perfume de la flor de cempasúchil, copal, velas y veladoras,banderitas de papel picado, todo lo que en México conocemos como Ofrendas de Día de Muertos; el ambiente de  fiesta en sus panteones, hogares, edificios públicos y plazas es notorio desde prácticamente el 31 de octubre hasta el dos de noviembre, aunque hay lugares en donde se prolonga otros ocho días más (ochavario, lo que entre los mayas se conoce como Bix) o que definitivamente no se lleva a cabo en esta fecha. El elemento común de la celebración es el levantamiento de un altar a donde acuden los difuntos, cuyas características varían también, dada la gran diversidad etnológica y cultural que caracteriza a esta nación, observándose variables interesantes, porque no en todos los casos el espíritu del difunto llega solo al altar, sino que en algunos lugares hay que ir por ellos a los panteones y después de celebrarlos, obsequiarles las ofrendas y convivir con ellos como en San Juan Chamula, en el estdo de Chiapas, por ejemplo, hay que regresarlos, proceso que no se desarrolla igual en todas partes. En algunos pueblos nativos la celebración se ha extinguido debido a la influencia católica en la misma y con la que no están de acuerdo; en otras partes como en Tenejapa, Chiapas, donde no existe un lugar común para enterrar a sus muertos (lo hacen dentro o a un lado de sus casas), se realiza en 15 de octubre y entre los Huicholes, establecidos en un territorio donde confluyen los estados de Jalisco, Nayarit y Durango esta celebración, prácticamente es inexistente. Para ellos la muerte es muerte; en cambio, hacen una celebración de cuerpo presente donde al morir alguien, los ofendidos y ofensores tienen la oportunidad de perdonar, y pedirle perdón al fallecido; tal ceremonia la dirige el Maracame, en donde el espíritu  del muerto está representado por un moscardón que vuela hacia  el mar para no volverse a ver, por eso ya no hay motivo para recordarlo.

En el área maya de Quintana Roo y Veracruz hay cuatro grandes Centros Ceremoniales para las Ofrendas del Día de Muertos: Chankaj, Veracruz, Tixcacal Guardia y Chumpón en el Municipio de Felipe Carrillo Puerto y Tulum, en el Municipio del mismo nombre, lo que habla de la magnitud de esta celebración en esta parte de México aunque las de mayor difusión nacional e internacional sean las de Mixquic, en la Delegación Tláhuac del Distrito Federal y Tzintzuntzan, Pátzcuaro y Janitzio en Michoacán.

En toda el área nahua, Mictlantecuhtli rige sobre el Mictlan, junto con Mictecacihuatl que es el lugar donde moran los muertos; en el área maya Ah Puch es el espíritu protector de los muertos e Ix Tab es la de quienes se han suicidado. En esta región del país,  prevalece la creencia de que cuando un hombre maya muere, si en vida fue buena persona, su espíritu descansará debajo del árbol verde, Yax-ché o árbol sagrado, donde vivirá cómodamente, en armonía, consumirá alimentos en abundancia, no sentirá dolor alguno, todo esto como parte de las bondades que disfrutará; en cambio, quienes hayan sido malos, su destino es el met-nal, un lugar en donde se vive en la oscuridad, donde constantemente se sufre frío, calamidades y de escasés de alimentos.

Es pertinente aclarar que en la tradición de nuestros Antiguos Abuelos,  la palabra morir significaba reposo y lo mismo entraba en este estado no sólo los hombres y mujeres, sino todo aquello que tenía vida y todos sin excepción se iban hacia el  Mictlan rumbo que hoy conocemos como el norte. Entre los mayas el caracol representa la muerte, es la representacion del cero porque está vacío de vida que también conciben como parte de un ciclo evolutivo.

Como es fácil observar, las variables que tiene la celebración del Día de Muertos en México no demeritan en nada su propósito de venerar, recordar y convivir con el espíritu de quienes han muerto, degustando con éste sus comidas, (tamales (tamálli) por lo general) y sus bebidas (como el pox o chicha, pozol, tejuino que es lo mismo que el tesgüino y el tesbuino como lo llaman las rarámuris, el tepache y el pulque) y por la manera de hacerlo, reforzar los lazos familiares y sociales  de los mexicanos ya que es la oportunidad para reconocerse, identificarse  y ser solidarios con todos entre la vistosidad y los aromas de la flor de cempazúchil (Cempoalxóchitl),  las ofrendas y el copal (copálli), a la luz de   velas y veladoras, y entre el rumor del papel picado, elementos comunes de la celebración, hágase donde se haga.


Atequiza, Jal. México a 31 de octubre de 2015.












Bibliografía:
 RENDÓN García, Leobardo, (Coordinador). La Muerte Nuestra. Un Dulce Sueño. Antología. Universidad Pedagógica Nacional. México, D. F. 2001
SANDOVAL Linares, Carlos, Nahuatlismos. Impresora Izar de Occidente, S.A de C.V., Guadalajara, Jal. 30 de abril de 1996.
ROJAS Arias Francisco, Día de Muertos, Notas Personales. Atequiza, Jal. Noviembre de 2004.