martes, 7 de julio de 2015

LA ESTACIÓN


LA ESTACIÓN

Ayer, el remoto ayer de las máquinas de vapor, le daba sentido al enorme depósito elevado de agua que estaba cerca del cambio al poniente de la estación, justo antes de cruzar el puente. En el otro ayer, una poderosa locomotora alimentada con diesel detenía su marcha frente a la estación, donde permanecía bufando, como retando, expeliendo su aliento aceitoso y picante mientras bajaban y subían viajeros y vendedoras de tacos  y picones ya fuera rumbo a la ciudad de México o a la ciudad de Guadalajara. Hoy, un hoy que ya ronda los 30 años, ya no para ningún tren, no hay viajeros ni vendedoras, ni nadie que venga a dar la bienvenida a alguien o a despedirlo; sólo campea el abandono, la destrucción y un penetrante  y nauseabundo olor a humedad, mierda y orines ante unos muros que valientemente, amparados por la fortaleza que le dieron sus leales constructores, ante unos techos -que bien  podrían ser envidiados por más de una moderna construcción- que resisten a la intemperie que franca penetra por donde algún día hubo puertas y ventanas. Resisten, resistirán más las tijeras de su techumbre que lucen sanas y vigorosas como desafiando al abandono, pero sin duda alguna sucumbirán a la vuelta de otro temporal  o cuando mucho otro más si no es que antes no van a parar a alguna casa de campo o a alguna bodega de algún bazar o  de  algún museo particular; pero todo apunta a convertirse en ruinas y éstas serán un monumento más a la desidia y al desinterés de quienes manejan los bienes de la Nación y a  la derrota de la ciudadanía en su débil lucha por conservar para seguir disfrutando estos inmuebles (como La Florida, exquisita casona neoclásica de la que les hablaré en la próxima entrega) que son los vestigios de  su origen y de su historia. Sí, La Estación Ferroviaria de Atequiza, Jalisco, en México está en proceso de convertirse en ruinas (exactamente como La Florida) y de éstas, en recuerdo, y finalmente en nada; así lo está decretando su presente, y en este contexto, no hay futuro.

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